Lo cierto es que lugar paraba lleno. Cada vez que intentábamos entrar, estaba atiborrado de gente, todos ellos caseritos del lugar y que se rendían a uno de los placeres más mortales que existe. Recuerdo incluso la primera vez que, con engaños y atajos cómplices, acabamos en la puerta de aquel oscuro y caluroso sitio donde los amateurs no tenían vergüenza y los expertos se lucían, me saliste con estas coquetas palabras.
-¿Qué es esto? ¿A dónde me has traído? -dijiste tapándote los ojos.
-Ven. En este lugar podremos ser tú y yo. Liberarnos -dije tomándote de las mejillas.
-Me da no sé qué Dante. Es mi primera vez en este tipo de sitios -dijiste, te sonrojaste.
-¿En serio? ¡Vamos, me muero por entrar contigo!
-Sí. ¿Tú ya has entrado antes a... esto? ¡Ay, no quiero!
-Ven. Estás conmigo. Te va a a gustar -dije.
Bajamos las escaleras de lo que se parecía a un sótano. Un señor moreno nos dio la bienvenida. Al fin, habíamos entrado. Mi corazón se aceleraba. El tuyo también. Estábamos excitados. Eso sí, necesitaste un poco de alcohol para desinhibirte, desnudar tu alma, gritar sin trabas ni complejos...
La noche en que nos enfrentamos a los integrantes de 'Rojo, Fama, Contrafama'
Efectivamente, esa noche en el karaoke fue espléndida. Con el pasar del tiempo, hicimos de ese recoveco el nuestro. Nos gusta cantar en el fondo. Hasta tenemos nuestras canciones 'Prófugos' de Soda Stéreo, nuestro himno en los tiempos en los que nos escondíamos en el trabajo. 'No me ames' de Marc Anthony y J-Lo, canción que nos sale hermosa y que no significa nada, solamente que está bien hecha para corear a dúo. Además de 'Fotografía' de Juanes y Nelly Furtado y 'Nada fue un error' de Julieta Venegas y el taciturno y coloca-fotos-de-su-novia-calata-en-Twitter Andrés Calamaro. El día que cumplimos un mes más de feliz enamoramiento, luego de beber unos margaritos, nos mudamos al karaoke. Era miércoles y no había nadie. Al fin. No nos pelearíamos por buscar sitio.
No pude más. Estaba feliz. Quise hacer lo prohibido, lo que siempre había deseado, lo que hasta entonces había sido tabú, pues no quería profanar la armonía celestial con mi descaro aventurero. ¡Al carajo! Cantaría: 'The time is running out' de Muse, la única canción de esa banda disponible en dicho karaoke. Oh Dios, si hubiera figurado 'Space Dementia' hubiera llegado al clímax precozmente al primer alarido. Acabé con la garganta pidiendo más. El moreno de la puerta aplaudió mi performance y todos le siguieron.
-¡Ay mi amorcito cantó Museeee! ¡Ya puedes morir en paz!!!! -dijiste.
-No, no. Aguanta allí. Moriré en paz cuando vaya a verlos en concierto -dije sacudiéndome la muerte.
Esa noche nos lucimos. Era nuestro mes. Hasta competimos vocalmente con un cuarteto que se creían Tenores. Uno de ellos era 'El Enternado', podía desplazarse por el lugar como si fuera su escenario y sentarse junto a chicas incautas, para hacer trios, cuartetos, quintetos. Promiscuo, el hombre. Otros dos, estaban en la barra. Vestían sport y cantaban las de 'José José', ambos.
-Ay, pero mira estos huevones... Tan agorilados y cantan de a dos las del 'Príncipe'.
-Sí, mi amor. A ti te sale de la puta madre 'Almohada' -dijiste, mi France. Podrás ser ciega, pero no sorda.
Luego llegó un flaco, con barros en la cara, que tapaba su desfigurado rostro con una gorra de pandillero. También conocía a los Tenores. Cuando cantamos 'Prófugos' para despedirnos del lugar y tirar los micros como rockstars, él nos miró con recelo.
Así creemos que nos vemos cuando cantamos. Las anatomías y curvas sí se asemejan con la realidad |
Ya, ya viene el enfrentamiento. No es mentira...
Volvimos el sábado. El moreno nos vio, y por primera vez, fue adentro y nos buscó un sitio. ¡Para colmo, arrimó a los Tenores para darnos campo, que también estaban presentes! ¡Cómo cambiaste pelono!, gracias por dejarnos pasar! Ya éramos parte del mundo VIP del lugar, very important performers. Pero algo sucedió. A nuestro lado, un grupo de adolescentes malcriados, pedía el micro sin cesar, estaban borrachos, y para colmo, ordenaban diez canciones para su mesa, y nosotros, dos apenas, teníamos derecho a una. Estaban celebrando el cumpleaños de Daniel, un chibolo que había sido concursante de 'Rojo, Fama, Contrafama', él y otro tipo al que no no podía ver, rajaban de Steph Chaparro, otra concursante.
Daniel cantó 'Prófugos'. ¡Su voz popera quería entonar una de Ceratiii!!!! Era un crimen. Pero tú, amor, lo viste como una ofensa...
-Dante... ¡Dime que eso no es cierto! ¡Dime que ese hijo de... su madre no está cantando nuestra canción!
-Este... Sí, es nuestra canción...
-Sácame de acá... Rápido... Quiero un pucho -dijiste y te saqué. Te apoyaste en mi hombro. Un poco herida.
Al volver, reconocí al ajedrecista de esa perruna jugada: Se trataba de Johnny, otro concursante, y que era el tipo de gorra que nos había mirado con envidia el miércoles. Cuando cantábamos silenciaba a su mesa, mientras que ellos todos los micros se los daban a Daniel. Para colmo de males, cuando quisimos atacarlos con 'No me ames', tu micro se malogró y tuvimos que esperar minutos tensos para cantar. Felizmente 'Kalimba' (un desconocido a quien queremos emparejar con Charlie) abogó por nosotros. Y nadie nos aplaudía amor. Nadie. ¡Sólo a ellos!
-Dante. No puedo más con esta situación -dijiste- tengo un plan: Ves a ese gordo que está allí. Canta como Tito Nieves o... Gilberto Santa Rosa... o ... Bueno, canta como uno de esos obesos salseros... A mi señal... Ya sabes lo que tenemos que hacer...
-Pero, France... Acá se canta... No se baila.
-¡Pero importa un bledo! ¡Esa pista es nuestraaaaaa!
Cuando Gilberto Nieves cogió el micro, salimos a la pista. La lustramos. Te di las vueltas que reclama tu cuerpo. 'Kalimba' también bailó pero, luego se retiró del duelo. Daniel, Johnny, sus groupies, nos admiraban. Tomaban trago para pasar la desazón. Las mozas del karaoke nos tomaban fotos. ¡Carajo, que nos den una copa! Ay mi France, por qué seremos tan competidores.
Dante
Daniel cantó 'Prófugos'. ¡Su voz popera quería entonar una de Ceratiii!!!! Era un crimen. Pero tú, amor, lo viste como una ofensa...
-Dante... ¡Dime que eso no es cierto! ¡Dime que ese hijo de... su madre no está cantando nuestra canción!
-Este... Sí, es nuestra canción...
-Sácame de acá... Rápido... Quiero un pucho -dijiste y te saqué. Te apoyaste en mi hombro. Un poco herida.
Al volver, reconocí al ajedrecista de esa perruna jugada: Se trataba de Johnny, otro concursante, y que era el tipo de gorra que nos había mirado con envidia el miércoles. Cuando cantábamos silenciaba a su mesa, mientras que ellos todos los micros se los daban a Daniel. Para colmo de males, cuando quisimos atacarlos con 'No me ames', tu micro se malogró y tuvimos que esperar minutos tensos para cantar. Felizmente 'Kalimba' (un desconocido a quien queremos emparejar con Charlie) abogó por nosotros. Y nadie nos aplaudía amor. Nadie. ¡Sólo a ellos!
-Dante. No puedo más con esta situación -dijiste- tengo un plan: Ves a ese gordo que está allí. Canta como Tito Nieves o... Gilberto Santa Rosa... o ... Bueno, canta como uno de esos obesos salseros... A mi señal... Ya sabes lo que tenemos que hacer...
-Pero, France... Acá se canta... No se baila.
-¡Pero importa un bledo! ¡Esa pista es nuestraaaaaa!
Cuando Gilberto Nieves cogió el micro, salimos a la pista. La lustramos. Te di las vueltas que reclama tu cuerpo. 'Kalimba' también bailó pero, luego se retiró del duelo. Daniel, Johnny, sus groupies, nos admiraban. Tomaban trago para pasar la desazón. Las mozas del karaoke nos tomaban fotos. ¡Carajo, que nos den una copa! Ay mi France, por qué seremos tan competidores.
Dante