Estaba en una ciudad de Estados Unidos, tan tranquila y segura que llegué a pensar que todo estaba bien en mi vida. Todo esto hasta que bajé al lobby del hotel para hablarte por el Facebook ( herramienta de comunicación perfecta cuando estás de viaje)
Yo: ¿Mor? Te extraño mucho.. ¿Cómo
estás mi amor? Buscaré el libro que me pediste, aún no lo
encuentro.
Tú: Mor, ya. Llámame.
Yo : Te estoy escribiendo párrafos y
me respondes con monosílabos. ¿Qué pasa? ¿Qué tienes? ¿Me
extrañas?
Tú: Sí, llámame.
Yo: Pero ¿qué paso?
Tu: Francesca, basta. Llámame...
estoy.... estoy en la clínica.
(Considerando que Dante va a la clínica
por todo imaginé que era algún dolor de barriga o quizás un dolor
de garganta)
Yo: Ay amor... ¿ Cuántas veces te he
dicho que no vayas a la clínica por las puras? Tu le das de comer a
todos los médicos de Lima.
Tu: Me han disparado.
Por un minuto pensé que había leído
mal, tomé aire y me bajó la presión. Subí a mi habitación para
llamarte y como dentro de mi estado nervioso pensaba que estaba en
Lima aprete en el teléfono el 911......
Gringa: What is you emergency?
Yo: Sorry , I am Peruvian and I dialed the wrong the number.
Pensé que la gringa había entendido
mi mensaje, soy peruana y no estoy acostumbrada a que se tomen tan en
serio una llamada telefónica. Todavía seguía en shock, por primera
vez en mi vida no atinaba a nada, solo quería llorar por la
incertidumbre, por no saber nada. Tocaron la puerta de mi cuarto y
había un policía de dos metros. Le expliqué que había sido un
error, lo único que quería es que me dejaran llorar sola. Bajé
hasta el lobby de nuevo, esta vez tenía mi celular en la mano,
busqué el lugar más solitario.
Yo: ¿Mor?
Tu: Morrr, que bueno que llamaste.
Yo: ¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Qué
te han hecho? ¿Cómo pasó?
Tu: Estaba caminando por tu casa y tres
tipos se bajaron de un taxi. Me dispararon.
Escuché la palabra disparo y mi mente
se volvió a nublar, pensé en las múltiples posibilidades. Si
estabas cojo, paralítico, sin brazo, si la bala cayó al pulmón.
Yo: ¿ Donde te cayo la bala?
Tu : Entró y salió por el brazo, no
agarró ningún nervio, ni hueso ni músculo. ¿Cuándo vienes?
Yo: Mañana. Te amo. Ya quiero verte me
muero por verte.
Tenía un nudo en la garganta y solo
atiné a comprarme dos cervezas y llevarlas a mi cuarto para tomar y
llorar en paz. No pude, no podía llorar. Me acosté contando las
horas para regresar a Lima, aguanté las ocho horas de viaje rezando
y tratandome de calmar yo solita. A mi costado se sentó un pastor
dominicano que iba a trabajar en Lima por unas semanas, me vio con
los ojos llorosos y me dijo que reze con él.
Francesca